El escultor Lorenzo Quinn (Roma, 1966), hijo del actor mexicano-estadounidense Anthony Quinn, ha abierto por primera vez al público su estudio en Gavà (Barcelona). Luego de 40 años de trayectoria artística, Quinn considera que «ha llegado el momento de enseñar las entrañas» de sus creaciones, un avance significativo para su carrera. Esta inauguración se da en el contexto de la exposición permanente titulada ‘Lorenzo Quinn: Trascend, vitae cyclum’, la cual refleja su evolución como artista.
40 años de historia
«La gente me pide si puede venir a visitar mi taller y yo siempre he sido bastante reacio: es como el cocinero, que tiene sus fórmulas secretas y enseña poco, pero he decidido que ha llegado el momento de compartir más», reconoce el escultor rodeado de sus obras en su estudio.
Quinn añade sonriendo: «Ahora paso menos tiempo en España. Entonces, (la apertura) no estorbará demasiado el proceso creativo». En su enorme estudio, ubicado en una nave industrial de Gavà, el público podrá encontrar su «40 años de historia»: desde sus inicios en los 80 con su primera exhibición en la isla hawaiana de Maui hasta sus obras más recientes, destacando siempre las manos, círculos y globos terráqueos que caracterizan su estilo.
El artista desea que su taller, descrito como un «espacio muy innovador e inmersivo», no solo sea un lugar donde exhibir su trabajo, sino también un espacio para albergar reuniones de empresas y servir como entorno de apoyo para jóvenes artistas. «Hoy en día, desafortunadamente, estamos en la era de TikTok, de la satisfacción inmediata, y tienen que entender que esto es un trabajo de pasión y amor», aclara.
Esculturas nacidas de escritos
Las obras de Quinn, quien también ejerció como actor durante una breve etapa de su juventud, surgen de escritos que contienen la idea madre de cada escultura. Recuerda que esta forma de estructurar su influencia creativa fue sugerida por un amigo en sus inicios, quien le animó a colocar un texto junto a sus obras que explique el trasfondo de cada una.
«El mensaje dicta la materialización de la escultura», explica, enfatizando que necesita «saber lo que quiere hacer y transmitir» antes de comenzar a modelar.
Comunicar un mensaje de paz
Quinn destaca la complejidad que hay detrás de cada obra, desde el tiempo que implica, que puede ser de un año o incluso dos, hasta los materiales necesarios y el trasfondo que contienen. «Un mensaje de unión y paz», agrega.
Durante los últimos preparativos para la inauguración, asigna a los elementos principales de sus obras -las manos, los círculos y los mundos- la categoría de «símbolos universales». «En la escultura, tú no puedes ver la raza de la persona con la mano. Puedes ver si es una mano más trabajada, más dura, más vieja o más joven, pero el color no lo ves. Esto ya unifica», destaca, recordando que su intención ha sido «comunicar con todo el mundo».
Escultura en Washington DC
Recientemente, Quinn ha inaugurado una escultura en Washington DC titulada ‘Construyendo puentes’, donde seis pares de manos entrelazadas representan diferentes cualidades humanas, como la unión, el amor y la sabiduría. «En vez de levantar barreras, hay que construir puentes», opina el escultor, quien considera que el mundo «ahora está en un momento muy complicado».
Con esta apertura en Gavà, espera que su arte «pueda traer un poco de luz» al complejo panorama global y ofrezca un espacio de reflexión y apreciación para el público.