Cree que las causas judiciales «armadas con recortes de periódicos» seguirán mientras duren «los problemas en Villaquirón».
MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) –
La portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot, ha declarado que en España «jueces mandan el poder judicial» y que el magistrado Juan Carlos Peinado actúa como un «militante del PP».
En una reciente entrevista, Bergerot ha señalado que en el último año, «cada vez» que Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afrontaba «alguna novedad en sus problemas judiciales que lo están acorralando», Ayuso «ha puesto toda la maquinaria a funcionar precisamente para tapar todos esos problemas».
Bergerot ha expresado su preocupación, afirmando que algunos jueces en España están deteriorando el poder de la judicatura. «Ahí lo vemos, por ejemplo, con el caso del juez Peinado, quien está actuando más como un militante del PP, armando causas con recortes de periódicos», ha apuntado.
Este mismo juez fue noticia esta semana al informar a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; a su asesora en Moncloa, Cristina Álvarez, y al delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín Aguirre, que si les juzgaba por malversación, lo haría un jurado popular.
Bergerot augura que todas estas «causas judiciales armadas con pinzas» por «jueces que actúan como militantes del PP» se prolongarán mientras «sigan los problemas en Villaquirón», en referencia a la vivienda que comparten Ayuso y su pareja.
Cuando se le preguntó si considera que Peinado está prevaricando, Bergerot afirmó que este está «haciendo política desde los juzgados», cuando, en realidad, «debería estar velando por la separación de poderes entre judicatura y política».
«Hemos visto cómo continuarán estirando causas armadas con recortes de periódicos, lo cual se contrapone a una causa abierta, donde Alberto González Amador se sentará en un banquillo por delitos fiscales que él mismo reconoció y por eso a la señora Ayuso le está costando tanto defender lo indefendible», añadió Bergerot, quien también criticó la diferente «velocidad» de las causas.